Las malas noticias nunca vienen solas. Eso deben estar pensando al menos los inversores en criptomonedas, que en el último mes han visto como el cielo de los mercados se les caía encima ocasionándoles cuantiosas pérdidas.
El bitcoin pierde ya un 47% desde sus máximos alcanzados a mediados de noviembre, cuando cotizaba a 67.734 dólares. En 2022 se deja un 22% y se cambia por algo más de 35.800 dólares.
La corrección es común a gran parte del mundo criptográfico. La segunda moneda en términos de capitalización, el ethereum, acumula una caída del 50% que le ha llevado a cambiarse por 2.300 dólares.
En conjunto, el mercado de las criptomonedas ha visto como se evaporaba de un plumazo nada menos que un billón de dólares de su capitalización. De esta cuantía, 600.000 millones de dólares proceden únicamente del bitcoin, el activo virtual más grande de todos.
La perspectiva de subidas de tipos aceleradas por parte de la Reserva Federal, unida a la escalada de tensión en el conflicto entre Rusia y Ucrania ha activado las alarmas de los inversores, que han abandonado en masa los activos de riesgo. Y las criptomonedas han demostrado estar entre los que más tienen, al menos en este último episodio de corrección. Ante el miedo en los mercados, han multiplicado por dos las pérdidas de índices como el Nasdaq.
El bitcoin se encuentra ahora en una auténtica encrucijada. Desde el punto de vista técnico, los expertos de eToro consideran que las próximas jornadas tendrán una extrema importancia en su comportamiento a corto plazo.
“Si el bitcoin pierde los 29.000 dólares levantaría todas las alarmas, dispararía el cierre de operaciones apalancadas en masa y nos llevaría a buscar los 24.000 dólares”, indican.
Sin embargo, existe antes un soporte que podría cambiar la tendencia bajista de la moneda: los 34.000 dólares. Aunque ayer los perdió por momentos, los expertos de eToro auguran que si logra mantenerlos en los próximos días podría iniciar un rebote que vuelva a lanzar el precio por encima de los 40.000 dólares, lo que supondría un respiro para los castigados inversores en criptomonedas que llevan un arranque de año para olvidar.
Palidece frente al metal
Independientemente de hacia donde se encamine en las próximas jornadas, el último episodio de corrección en los mercados ha servido para dejar en evidencia la teoría del bitcoin como refugio y nuevo oro digital.
Aunque ambos activos comparten entre sus características la escasez, pues el código informático del bitcoin garantiza que sólo habrá 21 millones de unidades y el oro presenta dificultades para su extracción y es un recurso finito, su credibilidad en los mercados financieros es bien diferente. Eso ha quedado patente este año cuando, en momentos de tensión y aversión al riesgo los inversores se han volcado hacia el metal.
En lo que va de 2022, el oro se mantiene en el terreno de las ganancias con una subida del 1,37% frente a la sangría de la criptomoneda.
“El bitcoin y el resto de criptomonedas pueden tener muchas virtudes, pero siguen siendo un activo nuevo frente a los cientos de años de tradición del oro como activo refugio. Simplemente, los inversores no se fían lo suficiente cuando el pánico llega”, indican fuentes del mercado.
Andrés Stumpf. Madrid -Expansión