Cepyme calcula que igualar el tamaño empresarial de la media europea permitirá crear un millón de puestos de trabajo, rebajar el paro al 8% y reducir el déficit y la deuda pública.
Una de las características primordiales del tejido productivo español es su tamaño limitado en número de trabajadores por empresa. Algo que puede parecer intrínseco a la cultura empresarial pero que supone tras de sí una plaga de obstáculos y condicionantes que impiden el crecimiento del tamaño de las compañías, haciéndolas menos rentables y menos productivas, afectando a su competitividad.
En España, el 99,19% de las empresas tienen menos de 50 trabajadores. Y aunque este volumen está en el rango del de las principales potencias de la Unión Europea, tal y como advierte Cepyme en el informe Crecimiento Empresarial, nuestro país guarda una mayor proporción de empresas pequeñas en relación con los países de nuestro entorno. Las diferencias más acusadas se establecen al comparar la ocupación media de la empresa en España (4,8 trabajadores) con la de países como Alemania, con 11,9 de ocupados, Reino Unido (8,7) e incluso con Austria y Dinamarca, con 7,6 y 7,3, respectivamente.
Así, las pequeñas empresas representan el 53,2% del empleo en España, solo superada por Italia (61,8%) y Portugal (59,9%) y por encima de Polonia (51,4%) o Rumanía (49,9%), entre otros. Las mayores diferencias se establecen con Alemania, Reino Unido y Suecia, donde las pequeñas empresas representan el 40,9%, el 38,2% y el 37,2% del empleo, respectivamente. La media europea del peso de las pequeñas empresas en el empleo es del 45,8%.
Y llevando la proporción a términos absolutos, el número de medianas empresas en nuestro país (18.123 en 2022) debería aumentar un 36% para alcanzar la media de los principales países europeos de nuestro entorno (24.735 empresas). Por ejemplo, para alcanzar a Alemania se tendrían que sumar 57.583 empresas medianas, lo que da cuenta de la brecha en términos reales. “Aunque en los últimos años se ha registrado una ligera tendencia hacia el incremento de tamaño empresarial, esta todavía es insuficiente para atajar la brecha existente con la media europea”, advierte la patronal presidida por Gerardo Cuerva.
Principales obstáculos
No en vano, como se ha mencionado, en la mayoría de ocasiones no es una decisión del empresario la que determina la limitación del tamaño del negocio, sino una red de obstáculos tributarios, burocráticos y de costes laborales que desincentivan la toma de decisiones para crecer.
Entre ellas, lo primero está en las cargas burocráticas que implican superar los 50 trabajadores, como la obligación de constituir un comité de empresa, un comité de seguridad y salud, y elaborar planes de igualdad. Además, se deben pagar mensualmente las retenciones por IRPF y realizar la liquidación también mensual del IVA. Mientras que si se rebasan los 50 trabajadores y además se cuenta con activos por valor de más de 4 millones de euros o ventas de más de 8 millones se impide la posibilidad de presentar balances simplificados.
Pero además de las trabas burocráticas, desde Cepyme se advierte del elevado coste de llevar a término la actividad empresarial. Señala la patronal que entre 35 países europeos España tiene el séptimo tipo general más elevado en el Impuesto sobre Sociedades, junto con Bélgica y Austria, con un 25%. Un elemento que reduce la rentabilidad de la inversión y resta competitividad para exportar.
Otro de los grandes obstáculos aparece por el lado de los costes laborales. Según Cepyme, España tiene el quinto tipo total de cotizaciones sociales más elevado, además de una composición diferente a la media, ya que las cotizaciones a cargo del asalariado son en España la mitad que la media de países considerados mientras que las correspondientes al empleador son cerca del doble.
Precisamente, el aumento del salario mínimo de un 73% desde 2016 tiene un peso específico sobre esta carga empresarial. Teniendo en cuenta las cotizaciones sociales a cargo del empleador y las dos pagas extraordinarias, el coste salarial mínimo —con el actual SMI de 1.134 euros— de contratar un empleado asciende a 1.738,16 euros mensuales.
En este sentido, según los cálculos del servicio de estudios de Cepyme, elevar el tamaño medio de la empresa española hasta igualarlo con el promedio europeo permitiría aumentar el PIB un 5,6%, crear un millón de puestos de trabajo, reducir la tasa de paro en unos 4 puntos porcentuales (hasta situarse en el entorno del 8%), recortar el peso de la deuda pública en casi 6 puntos y generar recursos tributarios para reducir el déficit fiscal en, al menos, el 15% del PIB “sin aumentar la presión tributaria”.
Gonzalo D. Velarde. Madrid