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Un clic y volaron 70.000 euros: el sofisticado ‘phishing’ a una abogada

La letrada pide ahora al banco que le devuelva el dinero; la entidad lo estudia.

Un clic y volaron 70.000 euros de sus dos cuentas bancarias. Es lo que le ha pasado a Helena Gimeno, abogada de Barcelona, víctima de una sofisticada estafa de phishing. La afectada dice sentirse impotente para recuperar el dinero, pues la entidad bancaria en la que Gimeno tenía los ahorros, por ahora, no se ha hecho responsable de lo ocurrido. El banco asegura, sin embargo, en declaraciones a La Vanguardia, que están estudiando el caso y que “en breve comunicarán por escrito a la afectada la resolución adoptada”.

Gimeno, que ayer pasó por El Món a RAC1, relata a este diario cómo sucedieron los hechos que la han dejado con 0,70 céntimos en una de sus cuentas y 4 euros en otra. Hay que remontarse al pasado 12 de noviembre. Ese día esta letrada tenía que realizar varias transferencias desde sus cuentas bancarias y recibió en su teléfono un SMS en el que su principal banco le conminaba (todo con apariencia de ser muy legal) a verificar sus cuentas para no tener problemas para operar.

Helena Gimeno, como les podría ocurrir a otras muchas personas, no reparó en ese momento en que todo podía ser una estafa. Y le dio clic en el enlace de ese SMS. La pantalla se quedó colgada y fue entonces cuando tuvo la primera duda. “No facilité ningún dato personal, ni mucho menos introduje información sobre el número de mi tarjeta ni cuenta bancaria”, dice. Helena salió de esa pantalla sin hacer ninguna otra acción.

Al día siguiente contactó con un gestor de su oficina para preguntarle si había algún problema con sus cuentas bancarias. “Esa persona me dijo que no me preocupara, que todo estaba en orden”, afirma. Mientras mantenía esa conversación, entraba en su teléfono otra llamada. Era de un teléfono con prefijo 91 (Madrid) que ella no atendió en un primer momento. “Antes introduje ese número en Google y ahí confirmé que esos dígitos se correspondían con las oficinas centrales de mi banco”. Así que cuando al final atendió esa llamada estuvo convencida de que hablaba con un responsable de la sucursal bancaria y atendió los consejos dados por ese interlocutor. “Me recomendó desinstalar las aplicaciones del banco, y así lo hice”.

De esta manera, Helena ya no pudo controlar los movimientos en sus cuentas. Cuando lo hizo, por otras vías, sus ahorros ya habían volado. Pero en esta historia hay elementos que la hacen aún más especial. Un total de 30.000 de los euros esfumados fueron transferidos, sin autorización de Helena, desde una cuenta que tiene en CaixaBank a otra del BBVA, también a su nombre. Se usaron en este caso a dos entidades bancarias para cometer la estafa. Esta letrada ha centrado, sin embargo, su reclamación en el último banco. “Ahí me llegaron a decir que lo único que podían devolverme eran los 75 euros abonados por las transferencias”, asegura. Gimeno seguirá intentando recuperar su dinero como sea.

Las estafas que involucran a bancos son cada vez más frecuentes y mucho más sofisticadas, con técnicas delictivas como el phishing. La prudencia y el sentido común serán los mejores aliados para no convertirse en otra víctima de los ciberdelincuentes.

Javier Ricou, La Vanguardia

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