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ley segunda oportunidad

El crédito rápido que sale caro: intereses de hasta el 59.000% por obtener un préstamo al momento

Fachada Banco de España

Las empresas de microcréditos, sin supervisión del Banco de España, se focalizan en colectivos vulnerables para cobrar intereses extremos en plazos cortos.

Se anuncian en televisión, en el metro y por internet.
No son bancos ni entidades financieras, pero ofrecen dinero rápido y en la letra pequeña esconden unas tasas desorbitadas del 3.000%, el 4.000% y hasta el 59.000%.
Las empresas de microcréditos han aflorado en los últimos años bajo una propuesta que permite al cliente recibir varios cientos de euros en su cuenta en apenas segundos, pero con unos intereses muy elevados, lo que los convierte en un caramelo envenenado.
Empresas como Vivus, Wandoo o Caspher aparecen entre los primeros resultados al teclear en Google “dinero rápido”. Pero son solo tres ejemplos entre cientos de empresas que operan en España. La normativa española no tiene reserva de actividad para la concesión de crédito. Esto quiere decir que cualquier compañía puede otorgar un préstamo sin estar sometida a la regulación y supervisión que sí tienen los bancos o los establecimientos
financieros de crédito. Estas empresas de dinero rápido no están supervisadas por el Banco de España y, de hecho, no existe siquiera un registro del número de compañías que tienen actividad.
Según uno de los simuladores que ofrecen en sus webs, un crédito de 1OO euros, a devolver en un mes, llevaría aparejados unos intereses de 44,45 euros, lo que supone una
TAE del 4.53O%. Pero no es el récord: el ejemplo más exagerado que ha recabado este periódico es un préstamo de 50 euros, a devolver en 15 días, que conllevaría pagar unos intereses de 15 euros, o lo que es lo mismo, una TAE del 59.000%.
Para dar una idea de las desorbitadas tasas que aplican estas empresas, las TAE medias que practican los bancos españoles en préstamos al consumo se sitúan en el 7,7%, según los últimos datos del Banco Central Europeo.
Incluso los créditos volving, que son uno de los productos siempre en la diana por sus altos tipos de interés, que habitualmente rondan el 20%, están muy por debajo del precio del crédito rápido. Las firmas de préstamos, también llamadas financieras, ofrecen préstamos con TAE en torno al 20%.
Además del interés, la gran diferencia es la cantidad de dinero, muy baja en el caso de estas compañías.
En general son préstamos a partir de 50 euros y no suelen superar los 1.OOO.
Por ello, si se mira solo la cantidad de dinero a devolver, no parece un gran desembolso.
Pero en términos relativos se trata de cifras desorbitadas y de precios completamente fuera de mercado si se tienen en cuenta los tipos de interés que aplican las entidades financieras tradicionales.

Indicador válido

Las empresas mencionadas anteriormente y contactadas por este periódico no han respondido a la petición de hacer comentarios.
Pero la patronal Aemip (Asociación Española de Micropréstamos) defiende que el coste de este tipo de créditos se debe valorar por el importe que tiene que devolver el cliente.
«La TAE no es un indicador válido para los micropréstamos, ya que distorsiona el producto y no resulta útil para los clientes. No tiene sentido utilizar un indicador anualizado para hablar de préstamos de pequeñas cantidades que se devuelven, en su mayoría, en una sola cuota al cabo de un mes», valoran portavoces de la asociación.

Es preciso tener en cuenta la transparencia en la comercialización del crédito, la información que obtiene el consumidor, algo que a menudo se pasa por alto y es tan importante como el TAE a aplicar, si el consumidor hace una contratación consciente con lo que firma’, subrayan fuentes de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) consultadas por este periódico, que “desaconseja» esta forma de financiación.

En realidad, la TAE es el indicador que se usa como referencia en los préstamos porque refleja todos los costes que va a pagar el cliente. Existen entidades y empresas que ofrecen crédito sin intereses. Pero después aplican comisiones de gestión o de apertura que acaban haciendo el precio final del préstamo mucho mas caro.
En ese sentido, siempre que el cliente tenga en cuenta la TAE, puede estar seguro de que sabe cuánto va a pagar y no se va a llevar sorpresas. ‘Para evitar confusión con los tipos, compara la TAE de las ofertas que estés barajando, ya que recoge todos los costes de la operación y refleja el precio real del préstamo’, aconseja el Banco de España en su página web.
Entre otras cuestiones, los bancos deben conceder crédito responsable. Y eso implica que deben estar seguros de que el cliente va a poder devolver el préstamo desde su concesión hasta que acaba de pagar, para evitar endeudamientos en los clientes y un foco de morosidad. Para ello deben aplicar un examen de solvencia al cliente y, si no lo supera, el banco debe rechazar la petición para concederle crédito.
Según explican fuentes financieras, en general, las empresas de crédito rápido no aplican estos test (porque no están obligadas) y por ello algunos de los clientes que recurren al dinero rápido pertenecen a los colectivos más vulnerables que han sido rechazados por la banca.
Así, recalcan que el impacto financiero de estos productos es «limitado», ya que las cantidades prestadas suelen ser pequeñas, mientras que el social y humano es «brutal».

Pocos casos en los tribunales. Usura. A pesar de los precios tan desorbitados, no hay muchas sentencias que confirmen jurisprudencia sobre este asunto. Fuentes jurídicas apuntan a la dificultad que existe para demandar a algunas empresas, ya que al no estar supervisadas pueden disolver la sociedad constituida con facilidad y «desaparecer». Aun así, los tribunales en su mayoría declaran como usura los contratos, aunque advierten de la inexistencia de unos parámetros para poder determinar la abusividad del micropréstamo.
Sin doctrina. Los magistrados que han revisado los microcréditos rápidos destacan en sus fallos que «no existe norma jurídica, ni doctrina generalmente aceptada que defina los límites cuantitativos o temporales del micropréstamo», ni un «parámetro objetivo de comparación para determinar el carácter usurario».

R. SOBRINO / N. MORCITLO

Madrid, Cinco Días

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